Se tentaban la piel con la mirada,
trazaban caminos explorados
en la memoria hecha presente
y la espera era un estrecho pasillo
de luz incandescente
con mucho sitio libre.
A veces, por el aire
se oía la tormenta
y un fósforo
hubiera provocado
un incendio mortal.
Pero siempre - recordaba
con el paso del tiempo -
bebían las palabras
en la misma copa
y eran las manos
quienes la servían, delicada.
Begoña Abad
Nosotros, por llevar la contraria, empezamos hoy nuestro puente delicioso.
Y es que....donde está el corazón es donde mejor se está, a que si.....
Espero que todo el mundo lo haya pasado bien.
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