Siempre le pedía fresas a mi madre
y mi madre me gritaba
las fresas en mayo
las fresas
en mayo.
Y cuando mayo
yo era un bosque de fresas
y en las piernas fresas
y en las muñecas
y en el puente de la risa.
Pero desde que la ingeniería genética
ha demostrado
que las fresas antiguas se equivocaban,
las tengo de enero a diciembre,
el lunes y el martes,
el miércoles
y el remiércoles
y también el treinta y siete
de abril.
Y ahora todo es
un cansancio de fresas
y un tres por dos
y un bah
y un dejadme en paz.
Batania
Bonita manera de explicar que aunque algo nos guste mucho, si lo tenemos todos los días a todas las horas, se termina aborreciendo.
Lo mejor para apreciar algo en todo su valor, es añorarlo de vez en cuando.
Buen día.
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