Pondremos, Memoria, un vigía en tu puerta,
un cancerbero atento y diligente
un cancerbero atento y diligente
y dejaremos que entre sólo quien tú digas.
A los demás los echaremos, no dejaremos que se queden.
-¿Tú vienes a instalarte en este sitio?
Bien, ante todo veamos para qué.
-¿Vienes para alegrarlo, embellecerlo?
Pasa entonces, estás invitado.
Pon aquí tu hogar.
-¿Vienes a entristecerlo y afearlo?
Entonces no. No eres bien recibido.
Márchate de aquí.
¿No es eso lo que quieres, Memoria?
(No, no eres tú. Soy yo quien lo deseo):
Un vigilante en la puerta,
alguien que supervise a qué viene aquí
cada recuerdo
y a los saboteadores no les deje pasar.
Saiz de Marco.
Poner un cancerbero a los recuerdos es como poner puertas al campo !!
Los recuerdos, tanto buenos como malos, se cuelan por cualquier resquicio sin remedio.
Pero yo, no los quiero evitar, ni los unos ni los otros, y me alegro de tener tan buena memoria, quien me conoce lo sabe.
Buen día.
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