Bebí del agua que nunca iba a beber.
Crucé las líneas que no traspasaría.
He sido aquello que antes abominé.
Poco a poco he abjurado de lo que idolatraba.
Me he convertido a fes que anteayer perseguí.
(Caí de tantos caballos…)
Sólidas convicciones más tarde fueron líquidas.
(Quizá era gente que aguardaba su turno.
Quizá esperaban que los fueras tú llamando.)
-Di, vientotiempo:
¿qué más harás de mí
en tu remolino?
¿En qué otros estaré?; ¿todavía en quiénes más?
Di, tiempoviento:
¿en qué desconocidos proyectas convertirme?,
¿cuántos otros yo-mismos me tienes preparados?
Saiz de Marco
La vida da tantas vueltas, que nadie sabe como va a acabar.
No sirve de nada decir de este agua no beberé, pués el camino es largo.
Que en la orilla haya flores o espinas, depende mucho de cada uno.
Buen día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario