Tienes la boca, mañica,
lo mesmico que un fresón;
pequeñica, colorada
y en forma de corazón.
Yo no quiero que me quieras
porque yo te quiera a ti
queriéndome y sin quererme
yo te quiero porque si.
No porque tengas buen dote
contigo me he de casar
eres tonta y el cocido
lo busco pero con sal.
Dices que tienes treinta años
y yo me lo voy creyendo
porque hace casi otros treinta
que ya te lo voy oyendo.
Anda un poco equivocado
el médico con tu madre
pues dice que tiene azúcar
y lo que tiene es vinagre.
Los ojos color de uva
los labios como la grana,
la piel del melocotón;
¡que carica tienes, maña!
El camino del querer
no precisa indicaciones
y el que camina por él
no suele atender a razones.
Tus labios son un clavel
y tus ojos son dos moras,
tus mejillas dos manzanas;
tu carica, ¡me enamora!
Fotografía de Antonio Segura |
* Caramelo típico de Zaragoza de gran tamaño, que guarda en el interior del envoltorio varias joticas mas o menos divertidas.
Recién sacadicas de los adoquines que nos hemos metido entre pecho y espalda.
Bona nit.
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