Cuando todo está hecho, las mañanas son tristes.
Sin esa tonta vanidad que es el mostrarnos
y que es de todos y de todo, no veríamos nada y no
existiría nada.
Se vive con la esperanza de llegar a ser un recuerdo.
Tu crees que me matas. Yo creo que te suicidas.
Quien no llena su mundo de fantasmas, se queda solo.
Mis cosas totalmente perdidas son aquellas que,
al perderlas yo, no las encuentran otros.
Todos pueden matarme, pero no todos pueden herirme.
Eres cuanto te necesitan, no cuanto eres.
Sí, me apartaré. Prefiero lamentarme de tu ausencia que de ti.
Todo juguete tiene derecho a romperse
Las cadenas que más nos encadenan son las cadenas que hemos roto.
Uno es uno con otros; solo no es nadie.
‘Voces’, de Antonio Porchia (1885 – 1968)
Que disfrutéis de un magnífico domingo.
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