Una mañana llegó a las puertas de la ciudad un mercader árabe y allí se encontró con un pordiosero medio muerto de hambre.
Sintió pena por él y le socorrió dándole dos monedas de cobre.
Horas más tarde, los dos hombres volvieron a coincidir cerca del mercado:
Horas más tarde, los dos hombres volvieron a coincidir cerca del mercado:
“¿Qué has hecho con las monedas que te he dado?”, preguntó el mercader.
“Con una de ellas me he comprado pan, para tener de qué vivir; con la otra me he comprado una rosa, para tener por qué vivir…”
“Con una de ellas me he comprado pan, para tener de qué vivir; con la otra me he comprado una rosa, para tener por qué vivir…”
De por ahí.
Siempre necesitamos algo por lo que vivir, y que mejor que algo bello para seguir existiendo ??
Buen día.
Buena inversión. La verdad que si.
ResponderEliminarTodo lo que imprima alegría en nuestra vida es una buena inversión, claro que si !!
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