domingo, 18 de noviembre de 2012
La gente no escucha.
Algunas crónicas cuentan que Oscar Wilde estaba convencido de que, en un gran número de ocasiones, la gente no escuchaba cuando se les hablaba, por lo que para demostrarlo explicaba a sus conocidos la anécdota sobre el día que tuvo que asistir a una importante fiesta a la que llegó tarde.
Para justificar su tardanza ante la anfitriona, Wilde puso como excusa que se había demorado debido a que ‘había tenido que enterrar a una tía suya a la que acababa de matar’.
La dama sin inmutarse contestó al escritor irlandés:
«No se preocupe usted. Lo importante es que haya venido»
De por ahí.
Así es. Cada uno en su mundo, y así no sientes ni padeces en estos tiempos que corren que la mayoría de lo que se oye son penas.
Y así nos va !!
Buena noche.
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