Desde siempre me persigue:
al principio, de niña,
venían disfrazados con las ropas solemnes
y los zapatos nuevos, camino de misa.
El domingo estorbaba para pisar los charcos,
para subir a un árbol, para sorber la sopa.
Era como un inoportuno visitante
al que enseñar de pronto
que se comprenden los códigos
que más tarde vendrían:
el gracias, por favor, siéntate recta,
estate calladita, no estropees las medias,
no te muerdas las uñas, saluda a la visita.
Había un enorme reloj en el salón
con un tictac tedioso, las horas no avanzaban,
las horas se morían de puro aburrimiento
mientras la vida...
esperaba en los charcos o en lo alto de un árbol
a que pasara el día.
Silvia Ugidos
Que motivo hay para dejar de salir a pisar charcos ??
Unas buenas botas y .....al ataque !!
Probad, hoy es un buen día, de momento solo chispea, pero lloverá.....
Pasadlo bien.
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