Se vuelve a yo como a una casa vieja
con clavos y ranuras, es así
que uno mismo cansado de uno mismo,
como de un traje lleno de agujeros,
trata de andar desnudo porque llueve,
hasta llegar a la tranquilidad,
hasta ser ancho y regalar el agua,
hasta ser patriarcal y navegado,
este pequeño río,
pequeño y torpe como un pez metálico
aquí dejando escamas al pasar,
gotas de plata agredida,
un río
que lloraba al nacer,
que iba creciendo
ante mis ojos.
Allí en las cordilleras de mí patria
alguna vez y hace tiempo
yo vi, toqué y oí
lo que nacía:
un latido, un sonido entre las piedras
era lo que nacía.
Pablo Neruda
De " El mar y las campanas "
Siempre dejamos un poco de nuestra esencia alli donde habitamos, por eso cuando volvemos al ese lugar lo sentimos un poco - o mucho - nuestro.
La que fué nuestra casa, siempre lo sigue siendo, aunque haga mucho tiempo que dejamos de vivir en ella.
Buen día.
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