Me levanto y agradezco la ducha,
por eso uso un poco menos de agua,
es mi oferta diaria a los que no la tienen.
Me siento en mi mesa
y agradezco el pan de cada día,
por eso freno mi apetito,
es mi contribución en el reparto más justo.
Me acerco a mi trabajo como si fuera un templo,
en él mantengo la conciencia de mi fortuna,
por los que lo buscan desesperadamente.
Cuando anochece me doy cuenta
de que todo lo hago
para ahorrarme un par de diazepanes,
no me engaño…
Begoña Abad
Sea por lo que sea, cualquier excusa es buena, el caso es ser feliz, para ahorrarse un par de diazapanes, unas cuantas arrugas, algún mal rato ....y a la vez, hacer disfrutar a los demás de todo por poco que sea.
Fin de semana otra vez, disfrutadlo.
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