Te recuerdo la última primavera,
cuando temblaron tiernos los tallos
y en tus pupilas hicieron nido
las primeras golondrinas.
Te vestías las noches de esperanza
anudando cabos a tu historia,
y faltaba tiempo en los relojes
para amarrarse a todos los sueños
que guiñaban un ojo por la calle.
Trenzada esta primavera
al ébano caliente de los barandales,
sólo queda unir las claves y aprender
a hilvanar cuentos en toallas
y tapizar con mensajes las paredes.
cuando temblaron tiernos los tallos
y en tus pupilas hicieron nido
las primeras golondrinas.
Te vestías las noches de esperanza
anudando cabos a tu historia,
y faltaba tiempo en los relojes
para amarrarse a todos los sueños
que guiñaban un ojo por la calle.
Trenzada esta primavera
al ébano caliente de los barandales,
sólo queda unir las claves y aprender
a hilvanar cuentos en toallas
y tapizar con mensajes las paredes.
©Elisa Berna Martínez
Zaragoza 1978
Después de unos días locos que han contribuido a nuestro relax, volvemos con las pilas cargadas e impregnados del olor del mar y flores, dispuestos para afrontar cualquier cosa que se ponga en nuestro camino. De momento hoy mis niños tienen fiesta y estamos muy bien acompañados y sobre todo rebosantes de alegría.
Buen día.
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