Cardía de llanto de amor ( o cuando el corazón late )

Late en la profundidad de la tierra, un corazón (cardía), constituido por un núcleo de pueblos donde la vida, la muerte, el amor han sido cantados y bailados en todas sus manifestaciones. 
Mediterráneo, fue el primer espectáculo de la Cía. Miguel Ángel Berna, en el que hubo una primera intención de acercamiento de culturas entre Aragón y otros países del Mediterráneo.

CARDÍA. DE LLANTO... DE AMOR, es un viaje en el alma de dos regiones del sur de Europa: Aragón y el Salento. Tierras distantes, diferentes entre si aunque han compartido momentos de historia cuando al principio de la Edad Moderna los aragoneses gobernaron la Italia meridional. 
Profundizando en las tradiciones, en la memoria popular de estas tierras aparecen afinidades inesperadas, curiosas coincidencias, huellas quizás de una patria cultural común: músicas y danzas para curar el “mal del alma” míticamente provocado por la mordedura de una araña o escorpión; cantos y lamentos de plañideras que acompañan la dolorosa separación de los vivos y los muertos. Se trata de signos que atestan una sensibilidad común, formas análogas que las tradiciones populares, superando los confines puestos por la historia, preservan y traspasan para escandir los tiempos y los hechos de la vida. 
Las danzas, las músicas y las canciones que componen CARDÍA. DE LLANTO... DE AMOR, son las que durante siglos han dado voz en estas dos tierras a los acontecimientos que irrumpen en la vida diaria alterando los equilibrios. Amor, desesperación , sufrimiento, muerte, el drama de la pérdida y la vuelta a la vida. 
En el espectáculo Miguel Ángel Berna que representa la materia, entra en relación con Manuela Adamo (emociones) y Ziya Azazi (espíritu), aspectos que en situaciones difíciles se enfrentan a ellas para reestablecer, a través de la música y la danza, el equilibrio que tantas veces por razones sociales y personales se ve amenazado. 

Del programa de la obra.

Ayer tuvimos el placer de asistir a la representación de Cardía en nuestro precioso Teatro Principal.

Fué algo precioso imposible de describir, aunque a decir verdad, no llegué a coger el hilo de la historia, ya que para una mentalidad tan racional como la mía, unido a que el narrador lo hacía en italiano, es difícil entender las cosas, que aún siendo preciosas y poniéndome el vello de punta, son representadas de forma abstracta.

Pero sin duda, es 100%recomendable, así que os animo a hacerlo.

Buen finde.