Yo escojo frutas rojas para la merienda,
frutas rojas, dulces y alegres
para el almuerzo saludable del colegio.
Pero ella me pide manzanas.
Manzanas verdes y ácidas. Muy ácidas.
Y en esto que creo en la reencarnación,
esta renacuaja me viene ya
con la lección aprendida.
Que de comerse el mundo, al menos, que
sea el de verdad, este que se nos atraganta
con su pulpa áspera y nos deja ardor en el estómago
cada vez que osamos hincarle el diente.
Las manzanas, ácidas
sin el dulzor prometido
por las marquesinas de las paradas de autobús.
Que las frutas rojas sólo sirven
para titular los poemas tristes de papá.
Jorge M. Molinero
Prefiero las frutas rojas a las manzanas ácidas, desde luego.
Como dice este poema, será para ir habituando el paladar a las noticias, no se si ácidas o amargas, con las que nos bombardean día a día.
Carminaaaaaaa, que ya estoy haciendo las maletas otra vez, que razón tienes !! jajajaja
Un besito, guapa.
ALGO PASA EN MI ORDENADOR METO COMENTARIOS Y NO M SALEN
ResponderEliminarVaya por dios!
ResponderEliminarTendrás algo cambiado, borra el caché.
Y este lo has metido desde otro, o que ??
Un besico, guapa.