Te conjugo en presente en
el modo que me indicas
porque al pretérito ya le regalé
los desamores e infortunios que no quería.
Ante el futuro me inclino en
reverencia
para que me depare esos momentos
que jamás querría que
se convirtiesen en imperfectos.
Si alguna condición pudiera ponerte
sería que los ojalá que yo deseo
desaparezcan del subjuntivo
y viajen al futuro apacible
que me dibuja una amplia sonrisa.
A cambio me comprometo, vida,
a no conjugarte con imperativos.
Desconozco el autor.
Es curioso que la vida, cuanto más vacía está, más pesa.
León Dandú.
Y la vuestra, pesa, o es ligera como el viento ??
Buena noche.
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