Suave como el peligro atravesaste un día
con tu mano imposible la frágil medianoche
y tu mano valía mi vida, y muchas vidas,
y tus labios casi mudos decían lo que era el pensamiento.
Pasé una noche a ti pegado como a un árbol de vida
porque eras suave como el peligro,
como el peligro de vivir de nuevo.
Leopoldo María Panero
Hemos pasado unos días estupendos y ahora volvemos a la tranquilidad y a disfrutar de nuestros deliciosos nanos.
Desde la paz, interior y exterior, os deseo un feliz día.
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