Sólo está el viento donde la rosa estaba,
fría la lluvia donde estaba la hierba,
y nubes como ovejas
trepan por los abruptos
y grises cielos donde la alondra estaba.
No está ya el oro donde tu pelo estaba,
no está el calor donde estaba tu mano,
sino vago, perdido
debajo del espino,
tu espectro está donde tu rostro estaba.
Triste el viento donde estaba tu voz,
lágrimas donde mi corazón estaba,
y ya siempre conmigo,
padre, siempre conmigo,
sólo el silencio donde estaba la esperanza.
Walter de la Mare
Cinco años ya, y aunque el dolor se ha mitigado con el tiempo, te echamos de menos cada día de nuestras vidas.
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