Vivo en la tierra,
pero creo en el mar
y en sus poros salados y nerviosos.
Entro en un bar y pido dos raciones de olas salvajes
y una brújula sin heridas.
Hundo mi cabeza en el océano
de una tarde cualquiera
para humedecer los días áridos
que aún me quedan por vivir.
Salgo a caminar y me encuentro
entre hermosas islas.
Malta me regala diez días
y cien noches para vivir sin prisas.
La tarde es casi perfecta.
Hay ciudades que dan la bienvenida
de espaldas,son de interior, como tú,
y aunque besan con ganas
siempre dejan un rastro de agua dulce
que no sirve para amar.
Ciudades que nos conducen,
como las sirenas de Ulises,
al naufragio cotidiano.
Ciudades como olas secas
que arrastran inviernos sin usar.
Habito en la ciudad,
pero vivo en el mar,
entre sus venas azules y nerviosas.
Una vez más,
la tarde es casi perfecta.
Marta Navarro
Y.....se acabó. Como dice mi niño, se acabó lo que se daba !!
Pero por poco tiempo, afortunadamente nos cuesta poco preparar las maletas. Viajamos ligeros de equipaje.
Espero que hayais disfrutado de unos días agradables.
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