Sé que estoy escribiendo
para exorcizarme
y sacarme de adentro
la andanada de angustias
persiguiéndome.
Aún no sé muy bien
quién es esta nueva mujer que soy
-como no se conoce la ciudad después del cataclismo,
perdidos los puntos de referencia de tal o cual edificio-
Conozco que estoy fallada
como una telaraña geológica
llena de ranuras por donde brotan
perennes pasados cuyos sismos no se pueden medir
con ningún osciloscopio
premeditado.
Adivino a tientas, toco, presiento,
el fin de una dolorosa
pero todavía dulce
ceguera.
Gioconda Belli.
Yo si se quien soy, de donde vengo y a donde quiero ir, aunque a veces las circunstancias de la vida te nublen un poco el horizonte.
Os deseo un buen día.
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