Yo, mi, me, con..miga

martes, 12 de mayo de 2015

Todo lo que tengo




Tengo una mala risa,
una mirada inquisidora (eso me han dicho),
algunas monedas en el bolsillo,
cinco cigarrillos en mi mochila,
una botella de vino a medio camino.

Tengo infinitos caminos que me esperan,
la luz que cae en las tardes llenas de silencio,
una voz que a veces pronuncia mi nombre en medio de la noche,
las ganas de salir volando en el viento.
Tengo como 7000 millones de posibles amigos.

Todas las palabras del mundo son mías,
la inmensidad del piano en el jazz y la salsa,
el asombro del agua bebida en mis manos de un manantial cristalino.
Tengo para el bus de mañana.
Tengo una razón para tomar el bus mañana,
soy propietario de mis pies,
y de cada uno de mis pasos.

Es mío el olor de cierta muñeca cuando baila,
ciertas horas robadas al hastío,
ciertos encuentros secretos, ciertos desencuentros.
Es mía la mirada café de unos ojos que no me desvelan,
sino que me hacen soñar el infinito.

También tengo buenas razones para no morir
aunque sé que cada día estoy muriendo
pero mientras tanto soy dueño
de cada uno de mis latidos.
Soy orgulloso propietario de algunos libros
que siempre dan vueltas en mi cabeza.

Tengo tres pares de zapatos que a veces la vida me presta,
una guitarra vieja,
como mil lapiceros perdidos.
Creo que lo que más tengo son asombros
por las danzas incesantes de los átomos
que construyen estrellas y flores con igual paciencia;
por las estructuras que esconden las palabras,
capaces de guardar el mundo en un par de líneas;
por los misterios que me aguardan tras cualquier esquina.

Siempre llevo conmigo la voz de mi madre
cantando en la mañana
y hay un gato negro que pasea en mi memoria
junto a un montón de perros que ya se han ido.

Tengo el amor de mi hijo que siempre me acompaña,
un montón de historias que quiero escribir,
un montón de risas que reír,
algunas canciones para bailar,
mucha gente para querer.


Creo que eso es lo que tengo,
no estoy del todo seguro.


Tal vez me he ganado el amor de algunas personas.
El resto creo que lo he robado, me lo han prestado o nunca ha sido mío.
A veces sospecho que no me tengo ni a mí mismo,
o que nunca he tenido nada,
que incluso lo que aún no tengo ya lo he perdido.

Tal vez lo único que tengo es esperanza
y creo que ni siquiera es mía.
Es de mi madre, de mi hijo, de ella, de mis amigos, de mi padre, de mis hermanos, de los gatos, de mis primos, de los libros, de toda la gente que quiero y tal vez me ha querido.

No es mucho pero me basta;
y a veces me atrevo a ser feliz con lo que tengo.





Carlos A. García 




Buen día

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