Una ensenada sólo vista en postales
una región perpleja del recuerdo
una fruta escasísima y sabrosa
un suburbio que ya no se frecuenta
una paloma absorta en los pretiles
un andante para cigarra y piano
una puesta de sol sin helicópteros
una humareda en algún campo lejos
transparencias después del aguacero
hechuras y siluetas
probablemente arcaicas
de la tranquilidad
ese diáfano estado de excepción
al que nos vamos
desacostumbrando.
Mario Benedetti
No, me niego a desacostumbrarme de las cosas buenas - y bellas - de la vida.
Me quedan breves para disfrutar con mis niños 24 horas sobre 24.
Buen día.
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