He cambiado todas mis rosas
por un lugar cerca del fuego.
Por el sosiego de mi alma,
la negra seda de mi pelo.
He vendido todas mis esperanzas
por un puñado de recuerdos.
Mi corazón, por un reloj
que sólo cuenta el tiempo muerto.
Mi última moneda de oro
se la di de limosna al viento.
Ahora ya no me queda nada.
Desnuda estoy como el desierto.
Un oasis de mansedumbre
está brotándome en el pecho.
Susana March Alcalá
Que las navidades nos desamueblan la cabeza ??
De eso nada.
Lo fundamental es vivirlas en familia, lo demás es accesorio.
Pero este año me hacen ilusión y mira que nunca me han gustado. A la vejez viruela !!
Buen día.
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