Yo, mi, me, con..miga

jueves, 27 de noviembre de 2014

Estos versos que ya se van



"... Desde tu corazón me dice adiós un niño.
Y yo le digo adiós".

Pablo Neruda.



Sus labios eran como la espalda de la     
     muerte,
y su cuerpo
era fogata viva para mis manos de leña.
Ella nunca lo supo,
pero su espalda era mi luz,
y en sus piernas yo renunciaba a todo    
     cobardemente.
Ah, cuántas veces morimos ella y yo;
los cuerpos como dos tumbas,
 y en ellas los besos, las olas, los suspiros.
Qué ternura sus ojos cerrados,
qué ternura sus ojos tranquilos.

Aún la recuerdo cuando cae la lluvia, cuando
     pasa el viento, cuando llevo prisa.

Nosotros, los que rompimos tormentas con
     las manos,
los que clavamos promesas en el aire,
los que siempre, malditamente siempre,
caíamos jurando sobre nuestras almas, tropezando con la misma huella,
ya no estamos vivos.

Ah, estos versos que ya se van.

La recuerdo aunque no la recuerde,
y sus labios eran la espalda de la muerte.

Afuera ladra un perro, y los grillos hacen su
     canto,
y si presto atención, un tren se despide.

Yo atravesaba sombras para recuperarla,
juntaba los escombros para reconstruirlo
     todo;
hoy sólo me quedo mirando al tiempo.

En estos versos van los días en que     
     creímos poderlo todo;
va su cabellera;
va el agua en la que tantas veces arroje mi
     corazón para que no tocara  la  piedra,
el agua que erosionó la piedra.

Ya no recuerdo su voz. Ya no la recuerdo.

En medio de esta noche,
no puedo negar que una espina de nieve teje
     miedo en mis venas
y que un escalofrío sube hasta mi voz.

Porque ahora sí,
estos versos se van,
y yo
les digo adiós.




Ricardo Dávila




Un rato llueve y otro sale un sol resplandeciente que hace que bastante gente siga de manga corta. El otoño siempre es cambiante, pero no recuerdo otro mas locuelo que este.
Que tengais un buen día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario