Yo siempre quise ser una mujer de bien,
ser alguien de provecho, valiente, emprendedora,
mesurada en las fobias, estable en los afectos,
brillante en los estudios, por poner un ejemplo.
Yo siempre quise ser una mujer de bien
y tenerlos a todos felices y contentos,
a mis padres y amigos, a Fulano y Mengano,
a Diestro y a Siniestro…
Pero hay alguien en mí que todo lo estropea,
que tuerce los caminos, equivoca las cosas,
desbarata mis planes, incumple mis promesas.
Alguien que pisa antes que yo sobre mis huellas.
En fin, visto lo visto, ya lo dicen mis padres:
«a este paso, hija mía, no llegarás a nada».
Está bien, os lo debo, lo siento, lo confieso:
aludiendo a un anuncio, no soy como Farala.
Soñadora, insegura, mitómana, algo vaga,
con vocación de hormiga y verano de cigarra,
contradictoria y harta de conciliar extremos
en mi defensa alego:
que siempre quise ser una mujer de bien
pero que en su defecto
soy, en el buen sentido de la palabra, mala.
Silvia Ugidos
Hoy es el primer día que ha tenido cara de otoño.
A ver si ha hecho un tiempo espléndido y ahora se va a estropear. Claro, que dado las fechas en que estamos algún día tenía que ser.
De cualquier modo, con frío o calor, disfrutaremos de todo lo que se nos ponga por delante.
Buen día.
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