Tú llegarás oliendo a madrugada
a musgo y a camino.
Traerás aún hojas desconocidas
enredadas al pelo
y no estarás cansado.
Pero yo besaré
tus ojos de cóndor
hasta secar la última lágrima,
la última gota de sangre,
y con ramos de veranera y de bellísima
limpiaré la pólvora
que aún quede entre tus manos.
Virginia Grütter Jiménez
Cierto. Cuando leí el título me quedé algo desconcertada, pero......leerla despacito y vereis que serviría lo mismo para consolar a los soldados de regreso a casa, como para dormir a los niños queridos después de haber estado jugando a caballeros en el parque.
Se acerca un finde - para mi ya ha empezado - movidito pero feliz. Tengo conmigo lo que mas quiero.
Buena noche.
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