Yo, mi, me, con..miga

domingo, 7 de septiembre de 2014

Manos


Hay manos que acarician dulcemente,
que golpean con dureza,
que señalan con desprecio,
que te ayudan sin razón.

Manos grandes que sostienen con temor
lo más frágil de la tierra.

Manos pequeñas que creyéndolas muy suaves
ocasionan heridas que no cierran fácilmente.

Manos toscas, con durezas en los dedos
que cuando acarician,
el ser amado, envuelto en las nubes se siente.

Manos que se agitan para implorar clemencia,
para obtener limosna,
que se abren y extienden para brindar apoyo
sin esperar pedido.

Manos que se adelantan para impedir el paso,
diciendo "quédate donde estás"
evitando así por miedo, que alguien se acerque a ellos
pensando quizá que al hacerlo
hurgarán su corazón.

Manos que claman al cielo:
"Dios no te olvides de mi".

Manos que con desesperación
se agitan con nerviosismo,
mesándose los cabellos
sin encontrar respuesta a lo que creen que son.

Manos que al señalar con el índice extendido,
muchas veces no saben el dolor que hacen sentir.

Manos que tienen que decir adiós
cuando el ser que amamos nos deja,
que despiden a alguien, con alegría, con pena,
que llaman para dar algo,
que te buscan ahora, para engañarte después.
Que señalan a lo lejos,
al infinito, al cielo,
ese punto, esa estrella,
que una vez fue testigo de nuestro gran amor.

Manos, manos todas ellas diferentes:
manos expresivas unas, otras que nada dicen,
manos delicadas que insultan,
manos duras que enternecen,
manos de niño que acarician,
manos de viejo, torpes, pero suaves,
manos rígidas, frías de difunto,
manos rígidas y frías del que aun aquí está.




Anabel Calderón Figuerola
 San Pedro de Lloc, 1941



Y las manos mas bonitas del mundo, las que beso a todas horas, las preciosas manos de mis nietos a los que adoro y echo de menos en cuanto se van un día de mi lado.
El verano ya se va acabando y cada uno va retomando sus actividades, aunque a nosotros todavía nos queda una semana de disfrutar.
Mis niños - tan pequeños aún - ya van teniendo alguna obligación que atender y cuando se alejan momentáneamente de nuestro lado no puedo evitar una tristeza que me encoge el corazón. Es lo único en el mundo que añoro. Todo lo demás es prescindible.
Pobrecitos los que solo tienen dinero.
Buen día.

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