Olas
como bulliciosos
pergaminos
traían bosques de palabras.
Las espumas precipitaban
rumores insomnes,
y en lontananza
volaban mariposas blancas.
Con sigilo en la playa
semidesierta
los niños hacían castillos
sobre la arena.
Luis Ángel Marín Ibáñez
Allí donde juegan los niños está el paraiso.
Así es mi casa,
Buen día.
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