Cuando el sol ya sólo se adivina
en su reflejo sobre los pájaros
que vuelan fuera de tu alcance
es la hora de cerrar los oídos
a los gritos que te apremian
y escuchar los ecos que vienen
de lejos para susurrarte:
defiende tus alas.
Ana Pérez Cañamares
Las sumas y los restos
Defiende tus alas. No permitas que nada ni nadie las recorte.
Si queremos ser pájaros y seguir volando libres, no podemos permitirlo.
Si pierdes tus alas estás muert@.
Buen día.
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