.....excepto aquel mediodía de mayo,
había reparado en la ausencia.
La brisa del puerto, andaba buscándose un aire
del sur, al que camelar.....
La hoja del geranio, se maquillaba en verdes,
para la flor de su existencia......
La gaviota de grises plumas, pretendía
coqueta, el reflejo del mar......
Nadie, excepto aquel mediodía de marras y amarras,
notó que faltaba en el muelle, una barca.
Txema Anguera
Cada cual estaba a su faena y no echaron de menos a una pobre barca.
Y con ocupaciones tan agradables no me extraña, la verdad.
Lo mismo me pasa a mi, tengo cada segundo del día ocupado con tareas tan agradables - aunque agotadoras - que no me queda tiempo de echar de menos a nada ni a nadie.
Buen día.
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