Yo, mi, me, con..miga

martes, 4 de febrero de 2014

Los hombres y los años.



a uno y otro lado de la muralla
los años quedan clausurados en su primer regazo
en los ojos abiertos hasta el amanecer


hablo de la sed y el sueño líquido del hombre
de los deseos de la esperanza el insomnio en el extremo del valle
del enjambre de la memoria y nuestras mandíbulas fuertes
del temblor la ronca membrana de los rieles
y el humo del poblado


hablo de los vidrios lentos a la madrugada
de la parturienta amenazando la medianoche
con sus gritos y sus cadenas puras
hablo de los fusiles y la sangre fluyente
herida
descompuesta
de las horas por llegar
de los frutos de la ternura
de los ojos digitales
mezclados a la multitud en las manifestaciones


hablo del amor adolescente
y de las ventanas del alba
de los expedicionarios perdidos
inmóviles en espera de la claridad
hablo de los niños y la demencia lindando la poesía
de la mentira la humillación las torturas renovadas


hablo de cosas simples
en las manos extendidas
gratuitas


es necesario inventar el mundo
iluminar los ojos
ver la extensión abierta a nuestro impulso
una rama en la luz
acunada por las voces de los héroes anónimos
castigada por el peso muerto de los consuelos


la alegría de las conversaciones ingeniosas
el contagio de los sentidos
el buen apetito la sed de buena ley
el olvido y la palabra absorbidos en la fronda
la siesta a ras del suelo
el debate moroso de los reptiles
el plácido quejido del pajonal
el polvo del camino ahogando las viñas
el apremio de las multiplicaciones
el vacío irremediable
del signo viejo y nuevo




Edgar Bayle
De En común (1944-1949), Obras, Grijalbo Mondadori, Buenos Aires, 1999.




El tiempo nos da una de cal y otra de arena. Si ayer estaba nublado y frio, hoy luce un sol radiante.
La vida misma.
Buen día.


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