El desván infantil donde sestea el tiempo
antiguo y polvoriento de todos los veranos
y la luz, ese enigma, que se posa despacio
entre objetos y libros, fotos de antepasados
espiando mis juegos
con las rígidas ropas de los recién casados.
Y en un rincón manzanas, pequeñas, perfumadas,
aquel baúl sin llave, misterioso y cerrado,
símbolo de los años que yo aún no conocía,
que estaban por llegar, que ahora son pasado.
Baúl adolescente que abrimos una tarde
fascinados, con miedo, silenciosos, solemnes,
tomados de la mano,
compartiendo los besos de una infancia borrosa
que de pronto nos deja y se aleja y se pierde.
He venido de nuevo a revolverlo todo,
a buscar entre fotos y naftalina y libros
yo no sé qué memoria que guardo de mí misma.
He venido otra vez, como antes, por juego,
esperando encontrar dormido en el desván
un verso elemental, una trampa, algún cepo
donde el tiempo al pasar se pillara los dedos.
Silvia Ugidos
Oviedo, España, 1972
El desván de la memoria, que siempre guarda los recuerdos mas bonitos.
Es nuestro mecanismo de defensa : guardar lo bueno y desechar lo malo.
Buen día.
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