Tras la colina
al doblar el recodo,
¿qué encontraremos?
Nos disminuyen,
parcialmente nos matan
las muertes de otros.
Sobre la nieve
un perro me regala
sus huellas blancas.
Para matar
y para socorrer
los mismos brazos.
En una grieta
entre asfalto y cemento
crece una flor.
Gracias, Memoria,
por bañar en miel los
recuerdos ácidos.
Como un obsequio
alguien toca el piano
tras las paredes.
Era abrazarte
y mis miedos huían,
muertos de miedo.
Ahí abajo,
piel adentro de todos
habita un niño.
Navegar por
tus ojos. Naufragar.
Hundirme en ellos.
Aitor Suárez
Después de un fin de semana movidito - y productivo , por cierto - se abre un periodo de planes e ilusiones.
Jaleo, jaleo, que es lo que me gusta......y este año está siendo perfecto de principio a fin.
Buena noche.
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