Había perdido en la guerra brazos y piernas. Y allí estaba, colocado dentro de una bolsa con sólo la cabeza fuera.
Los del hospital para veteranos le compadecían, mientras él, en su bolsa, pendía del techo y oscilaba como un péndulo medidor de tragedias.
Pidió que lo declarasen muerto y su familia recibió, un mal día, el telegrama del Army:
"Sargento James Tracy, Vietnam. Murió en combate".
La madre lloró amargamente y pensó para sí:
"Hubiera yo preferido parirlo sin brazos ni piernas; así jamás habría tenido que ir a un campo de batalla".
Marcio Veloz Maggiolo.
Así somos las madres.
Queremos tener a nuestros hijos al lado sean como sean. Algo que ignoraba este soldado.
Felicidades a todas las madres!!!
De nuevo lejos del mar después de pasar unos días inolvidables.
Volvemos con las pilas cargadas de tanto amor, tanto, que se nos sale por todos los poros.
Ser felices.
Ser felices.
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