El Consejo de los Grandes Señores había decidido que el Vendedor de Humo fuese quien administrara el Gran Bazar de Objetos Curiosos, ubicado en una antigua mansión, cimentada sobre los vestigios de una vieja muralla.
El Vendedor de Humo era un hombre caprichoso que nunca se distinguió por su sabiduría, ni sus conocimientos, ni su fortaleza, ni su esfuerzo en el trabajo, pero siempre supo estar cerca de quienes ejercían el poder, para satisfacer su único afán, enriquecerse cada vez más y más.
Buscó cuidadosamente, personas, que no dejasen en evidencia su grado de incompetencia, fácilmente manipulables, a quienes utilizar convenientemente para sus propósitos y que jamás se atrevieran a desenmascararle.
Un día, el azar quiso que escuchase el repicar de una campana y decidió que aquel mágico y cálido sonido, que se adentraba hasta lo más profundo de las emociones escondidas en el alma, le serviría para atraer más compradores y por ello, debía conseguirla para el Gran Bazar de Objetos Curiosos y con promesas, que nunca pensó en cumplir, convenció a quien lograba obtener tan afinadas y armoniosas notas para que se convirtiese en su Heraldo.
Pasaron los días y los meses. Los tañidos fueron llegando cada vez más lejos. El Vendedor de Humo cegado por su ambición pretendió que sonase siempre. Inesperadamente para él, le fué reclamado lo comprometido. No estaba acostumbrado a que nadie lo hiciese. Sabía que difícilmente encontraría a alguien que tuviese aquella maestría forjada a base de esfuerzo, conocimiento, estudio y trabajo. Su codicia era tan grande que lo único que ofreció a cambio fueron mil y un pretextos vacuos, creyendo, con su arrogante ignorancia, que sería suficiente. Pero no lo fué.....
Aún hoy se puede escuchar esta campana, pero se advierte que lo hace con cierta tristeza, cierta desidia, cierto enfado... Para que volviera a sonar como antes, se tendría que producir un milagro y la Era de los Milagros queda en el olvido de los tiempos.
Pero estoy convencido que, antes o después, volveremos a escuchar, entre las voces del viento, el atrayente y mágico sonido que nos sedujo, aunque llegue procedente de otro lugar y quizás entonces, el Consejo de los Grandes Señores despierte y el Gran Bazar de Objetos Curiosos se convierta en la Casa de la Luz y el Color que siempre debió ser, y el Vendedor de Humo se disipe entre las nieblas del amanecer desapareciendo para siempre.
J.Santibañez
Un viernes mas, amenazando lluvia. Hace bueno durante toda la semana y para el finde se estropea. En fin, estamos en otoño y es lo que toca.
De todos modos, pasarlo bien.
Buen día.
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