Yo, mi, me, con..miga

lunes, 14 de mayo de 2012

Las horas oscuras.


En las horas oscuras
que van creciendo en nuestras vidas
al igual que la noche se alarga en el invierno,
en esas horas, a menudo,
una imagen tenaz y hermosa me consuela.

Regreso hasta una playa de otro tiempo,
todavía cercano. Es un día precioso
de final de septiembre, brilla el mar
con su estructura lenta, sugestivo y exacto
como un cuchillo. Quedan
unos cuantos bañistas a esa hora
dudosa de la tarde, y no estoy solo,
un grupo de muchachas me acompaña,
el sol dora sus cuerpos de diecisiete años,
y es ya fresca la brisa, y en sus nucas
la humedad reaviva el aroma a colonia.

.....Y la tarde transcurre dulcemente,
mas sin gloria especial, y las muchachas ríen,
y me dan su alegría, aunque no amo a ninguna,
y hay un aire de adiós en cada cosa:

en el mes avanzado, en los bañistas,
en el estío lento, en aquellas muchachas
que desconozco hoy, y en la luz de la playa.

Apuré aquel momento agradecido,
al igual que se goza un hermoso regalo,
en su dicha sereno, destinado a perderse
tras la felicidad frecuente de esos años.

...Y ahora comprendo que en aquella tarde
algo más que belleza se ocultaba,
porque su luz me salva, muchas veces,
en las horas oscuras, y se empeña,
con una obstinación absurda que me asombra,
en volver a mis ojos y a mis días.

En las horas oscuras
una imagen tenaz y hermosa me consuela,
y me lleva al verano y a una tarde.

Y yo aún me pregunto por qué vuelve,
y qué es lo que perdí en aquella playa.


Vicente Gállego. 


El tiempo pasa inexorable y en el camino vamos dejando unas cosas y recogiendo otras y hay un aire de adios en unas y una calurosa bienvenida en otras, por tanto es inevitable de vez en cuando tener esa sensación de pérdida.

Buenas noches.

No hay comentarios:

Publicar un comentario