Una gallina buena, llamada Magdalena
ponía muchos huevos, de dos duros docena.
ponía muchos huevos, de dos duros docena.
Y así decía el dueño, que era hombre extremeño:
si esta gallina pone, tanto como yo sueño,
a que darle comida, si está sana y nutrida,
en cambio esta infeliz, que tiene mal cariz,
bien claro se adivina, necesita maiz.
si esta gallina pone, tanto como yo sueño,
a que darle comida, si está sana y nutrida,
en cambio esta infeliz, que tiene mal cariz,
bien claro se adivina, necesita maiz.
Y como dijo hacía, a la gallina idiota mucho grano ponía
y a la gallina buena, le servia de cena
cuatro granos de alpiste y dos de avena.
y a la gallina buena, le servia de cena
cuatro granos de alpiste y dos de avena.
Moraleja: Aquel que es buenecito
y trabaja lo mismo que un negrito, oh!!, señores con barba
le ponen de comida un huevo frito.
Pero el que es majedero y jamás hace nada con esmero
oh!!! jóvenes imberbes, ganan mucho dinero.
y trabaja lo mismo que un negrito, oh!!, señores con barba
le ponen de comida un huevo frito.
Pero el que es majedero y jamás hace nada con esmero
oh!!! jóvenes imberbes, ganan mucho dinero.
Alvaro de la Iglesia.
Será de los años Maricastaña, pero sigue de actualidad como si hubiera sido escrita ayer mismo.
Así suele ser. Dan por hecho que los que trabajan, o se portan bien habitualmente, no necesitan ser incentivados. Y por el contrario, intentan estimular al vago por naturaleza, sin darse cuenta que es trabajo perdido.
Buen día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario