A las siete, la flor de un día brotó en silencio.
A las nueve empezó a abrirse.
A las diez se desplegó del todo.
A las doce un insecto anduvo por sus pétalos, libó de su néctar, se llevó algo de polen adherido a sus patas.
A las seis de la tarde se cerró.
A las diez de la noche se mustió para siempre.
Y eso fue todo. Todo.
Pasó ella por la vida, y la vida por ella, sin rozarse apenas la una con la otra.
A las nueve empezó a abrirse.
A las diez se desplegó del todo.
A las doce un insecto anduvo por sus pétalos, libó de su néctar, se llevó algo de polen adherido a sus patas.
A las seis de la tarde se cerró.
A las diez de la noche se mustió para siempre.
Y eso fue todo. Todo.
Pasó ella por la vida, y la vida por ella, sin rozarse apenas la una con la otra.
Saiz de Marco.
Lástima que algo tan bello, sea tan efímero !!
San viernes de nuevo, disfrutadlo.

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